martes, 31 de enero de 2012

Diana y Acteón

Acteón era hijo del dios cazador Aristeo y de Autónoe, hija de Cadmo. El sabio centauro Quirón le educó e hizo de él un vigoroso cazador. La montería en valles y montes era su mayor placer. en una jornada de caza, al mediodía, convocó a sus camaradas y les dijo que la jornada no les había dado suficiente botín y que descansaran un poco.
A poca distancia había un valle poblado de abetos y cipreses consagrado a Ártemis y, que oculta en el valle, se habría una gruta rodeada de árboles .La roca estaba curvada en artística bóveda como tallada de mano  humana, pero era obra de la naturaleza. A pocos pasos se oía el susurro de una fuente cuyas aguas, bordeadas de césped, se extendían formando un lago. era allí donde Ártemis, fatigada por la caza acudía a bañarse se hallaba en la  gruta, rodeada de las ninfas, sus criadas. las doncellas llenaban de agua las ánforas para rociar con ellas a su señora.
Acteón se aproximaba con pasos despreocupados: un destino fatal les guiaba por el bosque sagrado a la gruta de Ártemis. ajeno a toda sospecha, penetro en la cueva, contento por encontrar un lugar fresco para reposar. las ninfas se apiñaron gritando entorno a su señora con el fin de cubrirla con sus cuerpos. pero la diosa le sobrepasaba en toda la altura de la cabeza: levantando, altiba, el rostro abrasado por la ira y el pudor, clavo la mirada en el intruso el cual permaneció inmóvil, sorprendido y deslumbrado ante tal maravillosa aparición. La diosa cogió agua del manantial, roció la cara y el cabello del joven al tiempo que decía: ves si puedes y cuenta a los humanos lo que has visto.
El mozo se sintió sobrecogido de una angustia indecible; salio huyendo el mismo admirando la velocidad con la que se movía. Una cornamenta brotaba de su cráneo, el cuello se le alargaba, las orejas se le afilaban, los brazos se le convertían en patas, en pezuñas las manos. La diosa la había convertido en ciervo. La avistaron unos perros, de repente toda la jauría, 50 en número se lanzó contra el falso ciervo. Los perros le clavaron en sus carnes los dientes, en aquel momento llegaron sus compañeros y llamaban a su señor a quien creían lejos del sitio.
Después de aquel horrible fin de Acteón. Sus perros echaron de menos a su amo; anduvieron buscándole por  todas partes, hasta que al fin llegaron a la Gruta del Quirón. Este había modelado con bronce una estatua del desventurado mozo y al descubrirla se lanzo sobre el metal y lamieron manos y pies, mostrando tanta alegría como si verdaderamente hubiesen dado con su verdadero señor.

martes, 24 de enero de 2012

ÁRTEMIS/ DIANA

Hija de Leto(Latona) y hermana gemela de Apolo, al igual que él portaba siempre un arco y unas flechas y era una excelente tiradora. Quizá porque había sido testigo directo de los sufrimientos que el amor de Zeus acarreó a su madre Latona, nunca quiso sabes nada del matrimonio ni mantener relación con varones. Se declaró partidaria decidida de la libertad y defendió su radical independencia de toda pretensión masculina. Su dedicación favorita era correr por los bosques con un séquito de ninfas, cazando, hasta el punto de que muchos la identifican como diosa de la caza y de los bosques. Su carácter de diosa vengativa e inflexible lo demuestran muchos episodios:
-Ayudó a su hermano Apolo a matar la serpiente Pitón.
-Níobe: Uno de sus primeros actos fue vengar la ofensa que Níobe, hija de Tántalo, le había hecho a su madre. Níobe se consideraba superior a Latona porque había tenido muchos hijos e hijas: Ártemis decidió castigarla y matar a todas las hijas  y su hermano Apolo a todos los hijos. Igual que Apolo fue identificado con Helio, dios del Sol, se identificó a Ártemis con la diosa de la luna, Selene, y por tanto todas las leyendas que se contaban de Selene pasan a ser propias de Ártemis.
-Endimión: Este es el caso del pastor Endimión, rey de Élide, hijo (o al menos descendiente) de Zeus; Endimión dormía un sueño eterno porque Selene no  podía soportar que éste hubiera de morir alguna vez. Ella solía visitarlo por las noches sin ser vista y lo cubría de besos. fruto de este amor, se dice que Ártemis tuvo 50 hijos.

APOLO Y FAETONTE

Faetonte era hijo del dios Sol, identificado con Apolo, y de Clímene, una hija de Océano. De adolescente se entera por su madre que es hijo del mismísimo Apolo. Viaja al palacio de su padre, en el Extremo Oriente, y le pide como signo de su amor paternal que le conceda un deseo. Apolo accede y entonces Faetonte le pide conducir el carro solar durante un día. Apolo teme un desastre y se arrepiente de su consentimiento, pero se siente comprometido con su promesa cuando Faetonte insiste. Abruma a su hijo con advertencias y consejos, y después pone a su disposición el carro y los caballos. Cuando los carros se ponen en movimiento, paseando vertiginosamente por el camino, Faetonte se queda paralizado por el susto y los animales se desbocan bajo sus manos inexpertas. El carro se desvía de su trayectoria prescrita, yendo a veces demasiado alto y amenazando a las estrellas, y a veces demasiado bajo, por lo que partes de la tierra se resecan o  se queman. Finalmente, Zeus se vió obligado a lanzar un rayo para destruir el carro y Faetonte se precipita en una caida mortal. Sus hermanas, las Helíades, "hijas del Sol", se lamentan junto a su cadáver y son transformadas en su dolor en álamos, mientras que sus lágrimas se transformaron en ambar amarillo.

martes, 17 de enero de 2012

APOLO Y DAFNE

Apolo, pese a  ser el dios de la balleza, no tuvo mucha suerte en el amor. No solo lo rechazó Casandra, después de que el dios le había dado el don de la profecía, sino otras muchas mujeres tanto mortales como inmortales.
Tampoco con los muchachos tuvo mejor fortuna. Estos fracasos quizá se debieron, a que Apolo se había burlado un día del amor y de sus artes. Apolo, enorgullecido por haber dado muerte a la serpiente pitón con sus flechas se atrevió a reirse de Eros, el hijo de Afrodita:
-Mirad a este muchachito-decía el dios-, que ufano va con su arco y sus flechas, como si las hazañas que consigue con ellas se pudieran igualar a las mías. Anda, ve a entretener con tus juegos por ahí, presuntuoso, y no oses compararte conmigo.
Eros, molesto por aquella actitud tan soberbia, para la que no había dado motivos, decidió vengarse y preparó sus tiros. Escogió dos flechas: una del amor y otra del desdén. La del amor se la clavó a Apolo y la segunda del desamor a Dafne.
Dafne, era una ninfa del agua, tan atractiva,dulce, delicada e inteligente. Ella había escogido seguir los pasos de Artemisa, la diosa de la Naturaleza, y dedicarse a la caza y a la vida en los bosques sin tener ninguna relación con los hombres.
Apolo, sintió como de repente surgía dentro de él un amor devastador por aquella hermosa muchacha, y comenzó a perseguirla día y noche, buscándola sin descanso.
Dafne se sentía hastiada de aquella persecución insolente, y lo rechazaba. En vano Apolo dolido y sufriente, pero enamorado sin remedio, continuaba solicitando su amor. Apolo quiso tomarla por la fuerza: la ninfa comenzó a correr huyendo de él, que le seguí diciendole palabras de amor. Dafne, imploró ayuda a Artemisa su diosa protectora:
-¡Diosa de la libertad y la Naturaleza, ayúdame! ¡ Haz que Apolo nunca pueda satisfacer conmigo su deseo!
Artemis conmovida ante este ruego, quiso que Dafne entrase a formar parte de los bosques: justo en el momento que Apolo llegaba a alcanzarla, los dedos de la ninfa y sus cabellos empezaron a convertirse en alargadas hojas, sus brazos en ramas, su tronco en corteza, sus pies en raíces... Y Dafne quedó convertida en un árbol: el laurel.
Apolo, desconsolado, sollozaba abrazado a su tronco, mientras sentía que las ramas le rozaban la cabeza, como acariciándole.Después de todo sigió el dios subyugado por aquél árbol: a partir de entonces, Apolo coronó su cabeza con hojas de laurel, que pasaron así a ser el ornamento de los poetas, de los músicos y de todas las victorias.
A lo largo de los tiempos, las coronas de laurel han cubierto las cabezas de los héroes y de los campeones. Y, del mismo modo en que los cabellos del inmortal Apolo no encanecen nunca, tampoco las hojas del laurel se secan, y mantienen permanentemente su verdor.

martes, 10 de enero de 2012

AMORES DE APOLO

Apolo, pese a ser el dios de la belleza, no tuvo siempre suerte en el amor. Veamos algunas de sus relaciones:
-Apolo y Marpesa: Eveno engendró a Marpesa, aunque la pretendía Apolo, raptó Idas en un carro alado, regalo de Poseidón. Idas llega a Mesenia, y Apolo, topándose con él allí, le arrebata la doncella eligiera con quién quería vivir y compartir en adelante su vida; y ella, temiendo que Apolo la abandonase cuando envejeciera, escogio a Idas como marido.
-Apolo y Corónide: Al haber dejado embarazada a Corónide, Apolo le puso como guardián un cuervo, para que nadie la forzara. Pero con ella yació Isquis. Apolo hirió a Corónide mientras estaba encinta y la mató. Sacó a Esculapio del vientre de su madre y lo crió.
-Apolo y la ninfa Cirene: Hipseo tenía una hija llamada Cirene, la cual aborrecía el vaivén de los telares a los que se entregaba el resto de chicas de su edad.Si disfrutaba con la caza de animales salvajes en el bosque. Un día, la encontró Apolo luchando, sin armas y sola, contra un terrible león, por lo que se enamoró al instante de ella. La llevo consigo, la hizo su esposa y la dejó embarazada, cuyo fruto fue un niño llamado Aristeo, al cual su padre le hizo guardián de sus propios rebaños.
-Apolo y Creúsa. Apolo, después de seducir a Preusa, hija de Erecteo, la dejó embarazada. Ella abandonó a su hijo a los pies de la acrópolis. Hermes encontró al niño y lo llevó a Delfos y se lo entregó a la pitonisa del oráculo de Apolo para que lo criara.fue nombrado sacristán del templo de Apolo y sirvió a su padre sin que este lo supiera.
-Apolo y Reo. La hija de Estáfilo, hijo de Dionisio, fue Reo, con la que tuvo relaciones Apolo. Al enterarse Estáfilo la metió en una arca y la lanzó al mar. Esta llegó a Eubea y alli en una cueva dio luz a un niño llamado Anio.
-Apolo y Manto. Con Manto tuvo Apolo al divino Mopso, compitió Calcante en cuestiones de adivinación. Asi pues, habiendo una cerda preñada, Mopso preguntó a su rival cuantos lechones llevaba en el vientre y cuándo iba a parir.Ante la respuesta de Calcante:"ocho", Mopso sorió y dijo:" Calcante está equivocado respecto a la adivinación correcta y yo, que soy hijo de Apolo, atesoro por completo el arte de la exacta adivinación, y profetizo que lleva en el vientre nueve, y no ocho, que son todos machos y que nacerán sin falta mañana a la hora sexta". Como esto se cumplió, Calcante murió sumido en una profunda depresión.

AMANTES MASCULINOS
Cipariso
Jacinto
AMANTES FEMENINOS
Acanta
Arsínoe
Asclepio
Eriopis
Casandra
Calíope
Lino
Orfeo
Cirene
Aristeo
Coronis
Dafne
Driope
Anfiso
Etusa
Eleuter
Hécuba
Troilo
Políxena
Leucótoe
Manto
Mopso
Psámate
Lino
Quíone
Filamón
Reo
Anio
Sinope
Sirio
Terpsícore
Urania
HIJOS DE MADRE DESCONOCIDA
Cicno
Ciniras
Femónoe